Todo empieza siempre con una pregunta.
¿Y si alguna vez en nuestra vida hemos conocido a esa
persona pero no hemos sabido darnos cuenta de que estaba delante de nuestras
narices?
Esa es una de las dudas que me planteo, o… ¿cuán lejos
estamos de conocer a esa persona que cambiará nuestra vida, nuestra manera de
ver el mundo?
No me refiero al amor verdadero ni nada por estilo, no soy
mucho de las empalagosidades; no, me refiero a una persona que te enseña, te
escucha y te respeta pero no como pareja, sino como alguien a quien conoces y
te deja tal marca que nunca la olvidarás, a la que quieres pero sabes que no se
mantendrá en tu tren durante todo el trayecto, que en algún momento se bajará y
ya no volverás a saber de ella jamás.
Una amiga o amigo, compañera o compañero, que te haga
reflexionar sobre tu vida y la de otros, que te enseñe a interpretar las
señales…
Al principio yo misma he pensado “tampoco tiene que ser una
persona, puede ser un libro, un corto o una película”, pero no, porque si es un
libro lo que te ha enseñado a ver las cosas de otra manera… el libro no se ha
escrito solo, tiene un autor, y esa es la persona que ha conseguido que cambies
con unas páginas, con una imagen, con un vídeo o incluso con un cuadro, y no ha
estado prácticamente en tu vida, de hecho puede que incluso ni le llegues a ver
alguna vez.
Las personas van y vienen, son todas completamente
distintas, nunca habrá una igual a otra, como las olas, cada una recorre una
distancia, se crea en un sitio y de una manera distintas, por ello también veo
ridículo que algunos intenten ser lo que no son, si estás intentando ser alguien
a quien admiras, nunca lo serás, siento decepcionar, pero esa persona es única
en su esencia, al igual que tú.
Os propongo algo.
A partir del momento en el que leáis esta entrada sed
vosotros mismos, no dejéis que nadie os maneje u os haga dudar de vosotros
mismos, y seguid así mientras esperáis a la persona que os abra la puerta hacia
un mundo mayor y mejor.
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