(Un cuaderno y un bordillo)

La situación en la que me encuentro en estos momentos es algo graciosa.

Escribiendo en un cuaderno al borde de una piscina.

(O por lo menos en el momento en el que escribí esta entrada)

Sí, en un cuaderno de papel y sentada en el bordillo de una piscina, donde se puede mojar y tiene bastantes probabilidades de ello, pero ¿en la vida no hay que arriesgarse? La verdad es que mi vida no me muestra muchas oportunidades de riesgo (no sabría decir si es algo bueno o malo), pero tengo 15 años, todavía me queda vida por delante, en octubre llegarán los 16, en fin…

No escribo ahora por arriesgarme, lo hago ahora porque es cuando me ha llegado la inspiración, esa que no sabes ni cuando va a venir ni cuando se irá.

En estos momento observando el cielo con alguna que otra nube perdida (como mi mente), las cuales se mueven por la fuerza del viento, cuando observo a los niños pequeños jugar sin preocupaciones, unos niños que sueñan con crecer, todavía recuerdo esa sensación, la de querer ser mayor, cuando era una tabla de planchar y me daba vergüenza mostrar lo inexistente y usaba la parte de arriba del bañador, ahora lo veo ridículo…

Lo que caracteriza a los niños es su inocencia, aunque en realidad no sean tan inocentes como nosotros pensamos, al fin y al cabo saben diferenciar entre lo que esta bien y lo que esta mal, y en muchas ocasiones eligen la opción del mal.

Hay que apreciar el presente, por desgracia lo desperdiciamos sin darnos apena cuenta. Lo que daría yo ahora por hacer topless en una piscina sin que me diera vergüenza (curioso, el mismo temor que de pequeña) y sin que nadie me mirara de forma extraña.

Por una parte sería bonito volver a la etapa sin preocupaciones, o por lo menos esa etapa en la que ahora me doy cuenta de que mis preocupaciones eran ridículas…

Sé que dentro de unos años pensaré que las preocupaciones que tengo ahora tampoco son muy importantes, pero ahora, en el presente, lo son.

Después de haber reflexionado me doy cuenta de algo: de pequeña no es que fuera ridícula al querer utilizar una parte de arriba, simplemente era una pequeña con ideas de mayores.