La sensación de acabar un libro

El viento suave mecía su pelo, era una buena sensación...
El saber que estás a salvo,
el saber que los muros de la preciosa catedral de Kingsbridge la refugiaban, la protegían.

Podía sentir como el agua corría debajo de sus pies,
por encima de los cimientos de la catedral.

La luz de las coloridas vidrieras la llenaban de felicidad,
esa luz que era cual arcoíris que aparecía después de los tristes días de lluvia,
esa luz que se fundía con el naranja del atardecer y luchaba por colarse a través de la puerta entreabierta.

Todo llenaba la catedral vacía,
todo lo vacío la llenaba a ella.

Catedral de Kingsbridge

- Beatriz.

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