Pensamientos desapercibidos

El papel se quema, así de nada sirve. Entonces... ¿porqué fotografiar? ¿porqué escribir? La necesidad, la eterna necesidad de no perecer, de no caer en el olvido. Y la curiosidad... ¡Oh bendita curiosidad! ¿Qué haríamos sin ella? El placer de descubrir lo pasado, pero si lo pasado pasado está... ¿Para qué prestarle atención? ¡El presente es lo que cuenta! Pero entonces ¿porqué escribo esto? Deja por Dios que escriba pues es mi alivio. No pretendo que me recuerden, pretendo aliviar mi sed, mi sed de belleza en mi alma, pues ahora está carente de ella. ¡Me ha sido negada! ¿Porqué? ¿Qué hice? ¿Quién sabe? Nadie sabe nada y la nada invade mi alma. ¡Dios bendito! ¿Qué hago? Esto es un sin sentido, todo lo es. Eso quiere decir... ¡Mi alma es un sin sentido! pero entonces... ¡Todo es mi alma! Mi alma que es nada y todo a la vez. ¿Qué es todo en sí? ¿Qué es mi alma? ¿Qué es escribir y fotografiar? ¿Qué es el pasado? ¿Y la curiosidad?... ¿Y el presente? Pues

¿Sabes ese momento en el que te tiendes en tu cama a pensar sobre tu vida? Para algunos es una desgracia, para otros no tanto. Para mí, la pasada noche fui de las segundas: Me di cuenta de que lo tengo todo, de que no me hace falta nada más, puede que tenga caprichos pero eso son extras, tengo lo esencial para ser feliz y muchas veces se me olvida. El mundo está ahí fuera esperando a que salgamos, a que hagamos alguna locura que sea inolvidable. En ese momento es en el que te das cuenta de que eres feliz, de que tienes a una familia increíble y encima divertida (juro que con ellos no te aburres), unas amigas a las que adoro y quiero muchísimo y ellas a mí también (creedme, lo han demostrado)...  La vida parece que me sonríe (espero que al verme feliz no vuelva a darme otro capón) y joder, que soy feliz, que estoy feliz y hacía mucho tiempo que no lo estaba o que no me daba cuenta de lo que tenía delante. Juro que en el momento en el que me di cue

Puede que os preguntéis el porqué del título, en cuanto empiece lo entenderéis. Esta entrada no va a ser un poema ni nada parecido, de hecho es más bien una queja contra la sociedad, aunque este blog en sí ya lo sea. Ayer mismo decidí ir de compras puesto que me voy de vacaciones a Londres en septiembre y ahora en agosto voy a Asturias (sitios un poco fríos) y como casi todas las chicas adolescentes tenía la necesidad de comprarme algo para la ocasión. El caso es que se te van las ganas de comprar ropa en el momento en el que ves que pasas de una 36 a una 38 y todo por el fabricante, (Demos gracias a Dios ya que Pull&Bear parece hecho para subirte la moral y me hizo bajar de nuevo a una 34) pero ¿Y las demás? Entiendo que las personas quieran verse un buen cuerpo y que adapten las telas para hacer un "push-up" en el culo sin necesidad de hacer ejercicio, pero de ahí a crear unos pantalones que te hagan el llamado "thigh gap" (hueco entre las piernas-m