La verdad duele, pero hay que oirla

Todos somos granadas a punto de explotar,
todos tenemos un temporizador, un límite.
Para unos es mayor y para otros menor,
pero también a unos se les pide menos y a otros más.

¿Es eso justo? Claro que no,
Pero el problema es que a nadie le importa una mierda nadie.
Todos miramos para nosotros mismos y a esa persona que se le ocurre la loca idea de mirar tan solo por los demás acaba ahogada, porque al dar la mano al final te cogen el brazo.

Así que ¿porqué no dejáis de abusar?¿porqué no dejáis de pedir? ¿Porqué no os las apañáis de una puta vez vosotros solos? ¿Porqué no dejáis de incordiar?...
Dejad que os responda yo:
Por que sois asquerosamente egoístas y, sí, yo también entro dentro del grupo, pero lo que más pena me da es que no tenéis el suficiente valor de daros cuenta por vosotros mismos, sino que necesitáis que os lo pongan delante para verlo.
Es trágico, porque no valéis la pena.

- Beatriz.

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