En busca de mi libro perfecto.

No entiendo qué me pasa, de repente me siento vacía, sola en la oscuridad, mi cabeza a punto de estallar; ceño fruncido y cabeza gacha, hace que todo el mundo se piense que estoy enfadada o que soy borde, pero se equivocan.
Me encuentro en la biblioteca, es uno de los pocos lugares relajantes que he podido encontrar en esta ciudad, lo único que hago es buscar mi libro ideal, libro que no encuentro, solo he llegado a encontrar uno que casi lo es, como si fuera el hijo de mi libro ideal, su título: Las ventajas de ser un marginado.

Una vez en una hoja amarilla de papel con rayas verdes
Escribió un poema
Y lo llamó «Chops»
Porque así se llamaba su perro
Y de eso trataba todo
Y su profesor le puso un sobresaliente
Y una estrella dorada
Y su madre lo colgó en la puerta de la cocina
Y se lo leyó a sus tías
Ese fue el año en el que el Padre Tracy
Llevó a todos los niños al zoo
Y les dejó cantar en el autobús
Y su hermana pequeña nació
Con las uñas de los pies diminutas y sin pelo
Y su madre y su padre se besaban mucho
Y la niña de la vuelta de la esquina le envió una
Tarjeta de San Valentín firmada con una fila de X
Y él tuvo que preguntarle a su padre qué significaban las X
Y su padre lo arropaba en la cama por la noche
Y siempre estaba ahí para hacerlo

Una vez en una hoja blanca de papel con rayas azules
Escribió un poema
Y lo llamó «Otoño»
Porque así se llamaba la estación
Y de eso trataba todo
Y su profesor le puso un sobresaliente
Y le pidió que escribiera con más claridad
Y su madre nunca lo colgó en la puerta de la cocina
Porque estaba recién pintada
Y los niños le dijeron
Que el Padre Tracy fumaba puros
Y dejaba colillas en los bancos de la iglesia
Y a veces las quemaduras hacían agujeros
Ese fue el año en que a su hermana le pusieron gafas
Con cristales gruesos y montura negra
Y la niña de la vuelta de la esquina se río
Cuando él le pidió que fuera a ver a Papá Noel
Y los niños le dijeron por qué
Su madre y su padre se besaban mucho
Y su padre nunca lo arropaba en la cama por la noche
Y su padre se enfadó
Cuando se lo pidió llorando

Una vez en un papel arrancado de su cuaderno
Escribió un poema
Y lo llamó «Inocencia: Una duda»
Porque esa duda tenía sobre su chica
Y de eso trataba todo
Y su profesor le puso un sobresaliente
Y lo miró fijamente de forma extraña
Y su madre nunca lo colgó en la puerta de la cocina
Porque él nunca se lo enseñó
Ese fue el año en el que murió el Padre Tracy
Y olvidó cómo
Era el final del Credo
Y sorprendió a su hermana
Enrollándose con uno en el porche trasero
Y su madre y su padre nunca se besaban
Ni siquiera se hablaban
Y la chica de la vuelta de la esquina
Llevaba demasiado maquillaje
Que le hacía toser cuando la besaba
Pero la besaba de todas formas
Porque tenía que hacerlo
Y a las tres de la madrugada se metió el mismo en la cama
Mientras su padre roncaba profundamente

Por eso en el dorso de una bolsa de papel marrón
Intentó escribir otro poema
Y lo llamó «Absolutamente nada»
Porque de eso trataba todo en realidad
Y se dio a sí mismo un sobresaliente
Y un corte en cada una de sus malditas muñecas
Y lo colgó en la puerta del baño
Porque esta vez no creyó
Que pudiera llegar a la cocina.

Ese poema, lleva dentro de mi cabeza desde que lo leí, es bello, muestra el sufrimiento, el curso de la vida, cómo cada vez nos sentimos más y más miserables, me siento identificada.
Siento que dentro de mí hay un alma destrozada, podrida que quiere salir de mí, huir.
Lo siento como garras en mi pecho, me crean suturas por todo él, y es horrible y doloroso. Hay veces que siento que no puedo respirar, me oprimen los pulmones, me asfixio, me ahogo.
Ya no siento frío ni calor, ni felicidad, nada, solo el caos que hay en mi cabeza y las garras en mi pecho.

Y quiero acabar con ello, pero ya sabemos cual es la forma de hacerlo, y todavía no es mi momento, no, no hasta que no encuentre mi libro perfecto.

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