Catástrofe.

El camino que debería de estar claramente marcado por un claro de flores ha decidido volverse todo desierto y ya no hay camino que seguir.

Bueno... ¿Y ahora qué?

Solo puedo dedicarme a caminar como una vagabunda perdida,

una que se encuentra en un desierto...

bueno, desierto.

Estoy muerta de sed y es como en las pesadillas en las que vas corriendo sin parar en un largo pasillo que nunca termina...

Pues así me siento yo para poder llegar a una simple gota de agua que puede salvarme la vida,

pero ¿quién me va a ayudar?

A una pobretona que ya no le queda prácticamente ni una esperanza, ni fuerzas para mantenerse en pie, una vagabunda que se ve moribunda, alguien que se cae con cada paso que da, alguien que ya no vale la pena ni tan siquiera observar, porque ¿porqué prestarle atención? Ni ella misma piensa que alguien debería de malgastar su tiempo observándola o ayudándola, sabe que ya no tiene salvación.

Pero ¿qué pasaría si alguien le ayuda?

¿Si consigue llegar a la gota de agua?

Lo más seguro es que lo supere, muchos dirán que ahora es más fuerte, pero no, lo único que es ahora es una persona más rota y que día a día se vuelve más y más fría, más desconfiada y con menos esperanzas.

¿Pero de qué?

Simple, ya no se trata de su salvación, sino de la salvación de todas y cada una de las almas en pena que van vagando por este mundo triste, pobre y desértico al que llaman Tierra.

- Beatriz.